CUANDO LOS MÉDICOS SE ENFERMAN (13)
SIGUE LA QUIMIOTERAPIA
N.E. Este es el treceavo post de una serie de publicaciones que estaré realizando en torno al cáncer de mama y mi experiencia como paciente y médico. El primer post lo encuentra en "Cuando los médicos se enferman (1) [0] "
Empiezo
diciendo que la quimioterapia fue un
paso duro, pero era necesario.
Todo
lo que sentí en la primera fase de la quimioterapia lo
describí en la entrada anterior… y todo fue novedoso, experimenté sensaciones que nunca había
tenido... ninguna buena.
Como
dije antes, pasar Diciembre en medio de la quimioterapia fue duro. Para
mi, la Navidad y el Año Nuevo son fiestas familiares, de
reuniones, de cenas y algunos
tragos, de viejos y nuevos chistes compartidos… pero
esta vez fue diferente.
Tuve
problemas de sueño y en este periodo fui a la consulta del Dr. Santiago Rojas
que me ayudó infinitamente… de eso
hablaré luego.
Pero
llegó Enero y fue el momento de continuar con la segunda fase de
quimioterapia. La Dra. Sandra Franco me
había explicado que si bien los ciclos
son de 21 días, ella prefería para esta
segunda parte aplicaciones semanales, o sea
que colocaban dosis menores de medicamento, pero más seguido. Lo que implicaba 12 aplicaciones que se llevarían
a cabo desde enero hasta marzo.
Para
esta fase tuve que tomar corticoides antes de llegar a la aplicación, la noche anterior y la misma mañana.
Me
pongo el Anestecin como siempre, donde se que me van a pinchar, pero vuelve a
ser un lío, me unto de modo desordenado,
se arruga la gasa que utilizo, termino embarrada de ese gel hasta el cuello y
ni hablar de la blusa. Por cierto siempre
me recomendaron llevar blusas que tuvieran botones adelante para poder hacer el
procedimiento más fácil.
Desde mi apartamento hasta el Country me demoro 5 minutos caminando.
Llegué
al Country ese Jueves, muy asustada como
siempre, ya era la primera aplicación de enero (la quinta
aplicación de mi esquema) y como siempre estuve acompañada, e inició el proceso con algunas variaciones.
En
esta oportunidad también debo aclarar que los medicamentos utilizados conmigo,
son los que ordenó mi oncóloga de acuerdo a mi tipo de cáncer y al estadío en
el que me encuentro. No todos los
pacientes siguen los mismos esquemas. Yo
solo estoy hablando de mi experiencia.
Me
canalizaron a través de mi catéter, me hidrataron primero, solo un poco de líquido endovenoso.
Luego empieza el Ondansetrón, no es necesario el Fosaprepitant que fue
utilizado solo en la primera fase. Como
siempre el Ondansetrón lo pasan
lentamente, sin ningún afán, siento exactamente lo mismo, el hormigueo en la frente y el dolor de
cabeza.
Después
me aplican hidrocortisona, un poco más
rápido, no me provoca ningún síntoma.
Luego
Ranitidina para evitar la gastritis,
tampoco me provoca molestias.
Mientras tanto me dan un poco de Benadryl para tomar y evitar posibles alergias y me quedo dormida rápidamente (es la primera
vez que me duermo durante la aplicación).
Nuevamente
se cumple el ritual, entra la Jefe
Adriana, verifica tres veces mi nombre y
el nombre impreso en el frasco que trae en la mano. Me explica que se trata de la quimioterapia
ordenada, se llama Paclitaxel, que es un derivado de la corteza de un
árbol. (1)
Así
que empieza a pasar muy lentamente ese líquido transparente a mi
circulación, siento un gusto raro en la
boca y un vacío fuerte en el estómago, pero me obligo a dormir un rato más.
Cuando
me despierto ha pasado una hora y no ha cruzado ni la mitad del frasco, me doy cuenta que esto va a ser más lento de
lo que me imaginaba. Veo que caen las gotas muy despacio. Me siento embotada, no se si por dormir a
media mañana o si es por el medicamento.
Sigo
tomando té frío y como algunas galletas de sal.
Voy
al baño varias veces.
Cuando
termina el medicamento, me hidratan un
poco más, limpian el catéter, retiran la canalización y salimos.
Esos
días de enero fueron soleados en general.
Llegamos
al apartamento, están mis tres peludos a
la expectativa, los abrazo, les explico que todo está bien y ellos me huelen y
arrugan sus pequeñas narices, supongo que detectan mi cambio de olor.
Almuerzo algo suave, me pongo mi pijama y
duermo casi toda la tarde, con un poco
de inquietud y con muchas vueltas en la cama, me da calor, me destapo, me da frio... y así sigo varias horas
Empiezo
a sentir dolor en las piernas, en la
parte posterior de los muslos y aparecen calambres en los gemelos.
La
cara se me pone muy roja y la piel de las mejillas está inflamada, me doy cuenta que son los corticoides. Esos mismos corticoides son los que me
inflaman los tobillos, me inflaman los párpados y me hacen subir muchos kilos de peso, me suben la tensión a las nubes, pero
tengo claro que son necesarios. (2)
Viernes
y Sábado son de reposo, aprovecho para masajear las piernas y los brazos con
aceite de almendras. Tomo mucho líquido
y té verde para poder desinflamarme un poco.
También tomo agua de apio como diurético natural.
Permanezco
con un poco de dolor de cabeza, con el hormigueo en la frente, con la
dificultad para ver bien y con ese
embotamiento difícil de describir. Yo tengo varios libros que quiero leer, pero siguen en mi biblioteca metidos en sus plásticos respectivos.
El
siguiente jueves se repite la aplicación,
sin mayores variaciones, Diana me
cuenta muchas cosas, nuevas historias, viejas historias, nos reímos un poco e intentamos que se
haga menos tedioso el proceso.
Pero
la tercera aplicación fue diferente, muy diferente.
Llegué
como siempre al Country, con un poco de angustia, un poco de acelere … tomé mi turno, entramos,
nos ubicamos en el cubículo número dos,
Andrés está trabajando en el portátil y Diana y yo nos ponemos a hablar
de muchas cosas, empezamos a hablar de la última película de Star Wars, “El
despertar de la fuerza”, estamos muy tranquilas, cuando
llega la Jefe Adriana con el Paclitaxel, ya me lo han puesto dos veces antes
sin inconvenientes, así que hoy empieza
a pasar, no lleva ni un minuto y me siento mal.
Le
digo a Diana “me siento rara” Ella dice “Llamo
a la enfermera?” y yo me deslizo un poco en la poltrona, yo misma oprimo el
timbre con mi mano derecha cuando siento una intensa presión en los oídos, como cuando uno está bajo el agua, siento que
se me van a reventar los oídos, tengo un extraño gusto metálico y herbal en la boca que se va
incrementando, un dolor de cabeza agudo
como una picada que jamás en mi vida había experimentado y siento como se va
cerrando mi garganta y no puedo respirar, no me entra nada de aire.
Alcanzo
a ver que Diana literalmente vuela hacia afuera del cubículo a pedir ayuda y
medio veo a la Jefe Adriana que entra.
Fueron segundos, pero alcancé a
sentir que me moría, como si se me
hubiera ido todo el aliento, como si
alguien hubiera apagado un interruptor y yo me hubiera apagado. La Jefe Adriana me arrancó el medicamento, mientras gritaba “Doctor Molina” Me puso una inyección directa en el catéter central,
luego supe que fue corticoide, Diana y Andrés
esperaban en el pasillo mientras todo el
equipo entraba, las Jefes, Enfermeras y el Doctor, cuando ya pude volver a respirar, me
empezaron a hacer preguntas, de lo que
había pasado.
Menos
mal es un equipo altamente entrenado, o no
estaría hoy escribiendo y contándoles lo que me pasó.
Así
de rápido como me descompensé… me
recuperé. Con toda la ayuda de ellos.
Supongo
que estuve medio inconsciente porque no
recuerdo uno o dos minutos. Solo recuerdo que giré mi cabeza hacia la derecha y
vi a Diana a través de la puerta del cubículo, en el pasillo
cogiéndose las manos con fuerza, mirando hacia una cartelera y
respirando profundo. No logro imaginarme
lo que sintió.
Cuando
volvió a entrar al cubículo le pregunté que me había pasado y describió que me
puse verde, sudorosa y dejé de respirar,
también describió la entrada acelerada
de enfermeras y médicos.
Le
pregunté donde estaba Andrés y me dijo que ya entraba, también se angustió con el episodio.
El
Dr. Molina vuelve a entrar, me dice que
lo que tuve fue una reacción de hipersensibilidad al medicamento, que no es una reacción alérgica. Que deben hidratarme muy bien y volver a
empezar a pasarlo. En serio? Volver a pasarlo? Me angustio mucho. Él se da cuenta de mi
angustia, me mira fijamente a los ojos y me
dice “vamos a hacerlo muy despacio y
todo va a estar bien”.
La
Jefe Adriana me dice “Dígame si se siente igual a como se sentía cuando llegó,
para poder volver a pasar el medicamento”, yo solo asiento muerta de miedo.
Así
que vuelve a empezar a pasar a mis venas
el Paclitaxel, nuevamente lento. Y yo me
siento tan rígida, con cada musculo contraído, no quiero sentir lo mismo que sentí. Me pongo en alerta total.
Diana
está sentada al frente mío y Andrés un poco en diagonal, no me quitan los ojos
de encima.
Veo
que el Doctor y las Jefes están justo fuera de mi cubículo y dejaron el carrito
al lado de ellos.
Esta
vez nos demoramos mucho más en salir que cualquier otra aplicación. Pero
pudimos terminar el medicamento sin que se presentara de nuevo la reacción.
Le
conté a la Dra. Franco ese mismo día al salir lo que me había ocurrido y ella
con mucha calma me explicó que estas reacciones se pueden presentar, que por
eso el equipo médico está siempre alerta,
pero que no debo preocuparme, vamos a continuar con el mismo esquema y
si llegara a presentar algo nuevamente,
cambiaríamos el medicamento. Salí
un poco más calmada. Ella es muy profesional y sabe como tratar el tema conmigo
y bajarme la ansiedad.
No
se volvió a presentar esa reacción en las siguientes aplicaciones.
Esa
tarde estuve muy cansada, supongo que por todo el estrés que sentí durante la
mañana. Samuel, Galatea y Felicia, permanecieron toda la tarde y toda la
noche enrollados al pie mío, supongo que sintieron que algo diferente me
había ocurrido ese día.
Diana
también se quedó toda la tarde conmigo,
me imagino que no había vivido una situación tan estresante en mucho tiempo.
Lo
más difícil fue ir el siguiente jueves a la aplicación, no dejé de pensar que me podía ocurrir lo
mismo otra vez..
Desde
ese día decidí llevar a las aplicaciones mis dos agujas de tejer y mis lanas. De ese
modo sentía que podía hacer algo útil
durante esas horas de jueves y no
quedarme mirando como bajaban las gotas una a una.
Ese
fue el día en el que los jueves que inicialmente eran “jueves de quimioterapia”
se convirtieron en “jueves de costurero” …
[0] Cuando los médicos se enferman (1)
Mónica
Empiezo diciendo que la quimioterapia fue un paso duro, pero era necesario.
[0] Cuando los médicos se enferman (1)
Mónica
No hay comentarios:
Publicar un comentario