miércoles, 18 de junio de 2014

Juego limpio




En una entrada anterior titulada "y vivieron felices para siempre", usé  la frase "juego limpio", para referirme a la necesidad de aclarar las diferencias  que tiene una pareja y como deben tener claro el camino para solucionarlas, una amiga después de leerlo me dijo que debería ampliar el tema porque es lo más complicado en la relación con su novio.

A lo largo de los años de experiencia tratando pacientes puedo tener una certeza: siempre se van a presentar las diferencias, los disgustos, las peleas, las riñas, el conflicto, pero la magia está en saber como superar el momento, llegar a acuerdos y no permitir que se fracturé la relación. 

Así qué Imagínese ese momento con su pareja, cuando a él se le olvidó recogerla como había prometido, por irse con los amigos a ver un partido.  O cuando de modo imprudente comentó una intimidad en medio de una reunión familiar, o cuando simplemente desapareció durante horas sin contestar el teléfono y luego llegó como sí nada hubiera ocurrido... 
Simplemente imagine el último disgusto que tuvieron, independiente de quién lo haya provocado.
Ahora... Respire:

Ni exagere ni minimice
Cuando se enfrente a una situación de conflicto no debe irse a los extremos, no intente agrandar la situación, pero tampoco intente ignorar el problema.
Lo primero es intentar mirarlo en su justa proporción, porque si no lo hace empiezan a divagar y termina diluyendose el problema sin llegar a una solución.

No mire el futuro con la nuca
Eso quiere decir, que si van a resolver el problema de hoy, debe evitar traer a colación problemas pasados, esos "guardados" que sólo van a ayudar a enrarecer el ambiente pero no van a aportar nada nuevo.

Argumente, sin gritar
No es fácil quitarle la emotividad a la situación, pero llorar, gritar, manotear o patalear le van a quitar toda la fuerza al argumento.  Si su reclamo es real,  hablelo, aclarelo, sea precisa, concisa, objetiva, eso hace que sea una discusión para mejorar, para crecer, no para herir al otro ni para provocar lástima. 

El terreno y los jugadores
Evite las peleas en público, en la calle, en la casa de la suegra, siempre lleve el problema al terreno donde puede tener el tiempo y el espacio para resolverlo, en calma y en casa.
No pelee en frente de los niños, no los ponga a tomar partido.  Los problemas de pareja se resuelven en pareja, meter a otras personas es lo más contraproducente, porque les causamos mucho daño y adicionalmente armamos bandos contrarios que no contribuyen en nada.

En partido largo...
Recuerde siempre que su pareja tiene cosas buenas, así en ese momento parezcan lejanas.
En las discusiones debemos evitar ofender, maltratar, insultar, herir, porque muchas veces cuando pensamos en lo que dijimos nos arrepentimos y lo malo es que esas cosas no se olvidan.
Muchas veces tenemos que ceder un poco para llegar a acuerdos, no estoy diciendo que debamos darle la razón en todo, pero tampoco podemos pretender que nos den la razón en todo.
No olvidar el objetivo final que es tener una vida en pareja tranquila.

Momento oportuno
Siempre existe un buen momento para todo, no deje acumular los disgustos para sacarlos todos en paquete, es como dejar pequeñas espinas clavadas y cuando se va a mirar la solución es inalcanzable.
Resuelva las cosas ojalá el mismo día, no se vayan a dormir disgustados.
No permita que se meta la indiferencia, no deje que el tedio sea el que termine definiéndolo todo.

Ni con el pétalo de una rosa...
Hay límites infranqueables.
Los límites los define cada uno, pero en el momento en el que se permite que existan empujones, golpes, puños, patadas, cachetadas.... En ese momento no hay vuelta atrás, pueden disculparse, pueden pedir perdón, pero todos sabemos que a partir de ese momento viene la escalada del irrespeto.
En terapia de pareja se define como el ciclo "golpe-luna de miel" y es claro, el maltrato suele empezar poco a poco, midiendo el alcance, después del primer empujón viene un ramo de flores, una calma culpable, un nuevo empujón y vuelve a empezar, hasta que sin darse cuenta empieza a requerirse tapar el ojo morado con base, sombras y delineador.
No maltrate y no se deje maltratar.

Palabras claras y oídos atentos
No existen problemas demasiado grandes o demasiado pequeños, hablelo ahora, con calma, afine su comunicación con su pareja, no finja indiferencia, si le dolió que le dijera que se veía gorda con ese pantalón... Dígale lo que le hizo sentir,  no espere a que él esté vulnerable para saltarle al cuello y decirle que está Calvo y barrigón, no permita esas escaladas.

Premio y castigo
Como lo he dicho antes, no utilice el sexo como premio o como castigo, las relaciones sexuales son parte de un sistema de comunicación,  deben ser enriquecedoras, no deben ser condicionadas o punitivas. 

En resumen, todas las relaciones humanas pasan por diferentes etapas, momentos buenos, momentos malos, cuando se presenta un conflicto (y se va a presentar) debemos ser adultos y resolverlos con claridad, respeto, objetividad, intimidad, sin herir, sin ofender, dispuestos siempre a mirar más allá del problema, recordando lo importante que esa persona es para nosotros, sin permitir que un momento difícil sea el punto de quiebre de todo lo construido hasta el momento.  Elija bien las batallas. Todos necesitamos saber que somos escuchados y tenidos en cuenta.

De un conflicto podemos salir heridos para siempre o más fuertes y maduros, la decisión está en nuestras manos. 

Mónica 











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