domingo, 18 de junio de 2017

CUANDO LOS MÉDICOS SE ENFERMAN (8) QUIMIOTERAPIA Y ALIMENTACIÓN


CUANDO LOS MÉDICOS SE ENFERMAN (8)

QUIMIOTERAPIA Y ALIMENTACIÓN




N.E. Este es el octavo post de una serie de aproximadamente quince publicaciones que estaré realizando en torno al cáncer de mama y mi experiencia como paciente y médico. El primer post lo encuentra en "Cuando los médicos se enferman (1) [0] "

Voy  a empezar haciendo una confesión,  en mi caso,  el manejo de la alimentación fue complicado, me generó mucha ansiedad y me arrancó varias lágrimas.

Tomé la decisión de escuchar las recomendaciones de alimentación solamente de mi oncóloga y de la nutricionista de la Unidad de Quimioterapia.  Al resto hice oídos sordos para intentar no enloquecerme.  Con el paso de los días solo hice caso a las indicaciones de mi oncóloga y al sentido común.

Voy a describir cada recomendación,  el motivo de la recomendación y finalmente como lo adopté para mí.

Toca hidratarse a conciencia.  Como lo dije en una entrada anterior,  la quimioterapia deshidrata los tejidos,  uno permanece como en una eterna  resaca,  así que  me programé para hidratarme,  compré pedialyte pero no tomé tanto  como tenía pensado, solo me tomé dos botellas con cada aplicación. Lo salado/dulce del pedialyte me molestaba mucho.  Al principio tomaba aguas saborizadas, pero rápidamente las descarté porque me sabían a químico, la ginger ale  fue una delicia la primera aplicación pero después me daban nauseas en lugar de quitarlas. El agua natural no se sentía muy agradable.   Me recomendaron no tomar jugos.  Finalmente y hasta hoy,  resolví mi hidratación tomando agua gasificada muy fría, con unas gotas de limón,   fue una buena solución,  me hizo sentir bien y la encontraba fácilmente.

Debo comer fraccionado, evitar las comidas abundantes.  La recomendación es básicamente porque toca evitar la distensión del estómago y disminuir la posibilidad de vómito y náuseas.  También se facilita la digestión.  Eso no fue difícil,  empecé a comer por horario,  más o menos cada 3 horas comía pequeñas cosas como galletas de sal. 

Tengo que evitar las verduras crudas.  Eso ocurre porque las hortalizas durante su periodo de cultivo son regadas con aguas que no siempre son de la mejor calidad y llevan muchos parásitos, algunos quedan en la superficie, pero otros parásitos quedan dentro de la hortaliza. Toca lavarlas abundantemente, pero igual  cuando uno está en quimioterapia las defensas son muy bajas y si uno se come unos parásitos, puede terminar con una infección intestinal complicada. Si uno está bien de defensas con una lavada resuelve la situación.  Esta parte fue difícil para mí, porque normalmente como mucha ensalada. Empecé a comer vegetales al vapor o al wok, pero no es igual.  Encontré un sitio al que mando un mensaje de texto y me traen a la casa un mercado de vegetales orgánicos deliciosos, variados y hermosos. Se llama Patay [1].

Debo disminuir o suspender los lácteos.  Mi tipo de tumor era hormonal de acuerdo a los estudios, me tocaba evitar el estímulo con las hormonas que pueden contener los lácteos. Muy difícil para mí,  pero descubrí el queso de almendras y me agradó como sustituto. Aún lo sigo comprando en uno de mis restaurantes favoritos que se llama V-getal [2].

Tengo que consumir huevo.  Es importante subir el nivel de proteína,  principalmente albúmina, porque es transportadora de los medicamentos.  Claro que toca verificar la integridad de la cáscara del huevo antes de usarlo y comerlo muy bien cocinado,  no huevo crudo o medio crudo (que no es que me guste),  porque puede contener Salmonela y volvemos a la explicación de las defensas bajas y la posibilidad de infecciones.  

Debo consumir frutas frescas, de las que tienen cáscara gruesa y se pelan.  Lavarlas muy bien previamente.  Cuando dicen frescas es para evitar los enlatados y todos sus preservantes. Y lo de la cáscara gruesa y pelar  es básicamente para disminuir la ingesta de pesticidas que vienen con las frutas.  Así que  al principio solo incluí granadilla [3]  y pitahaya [4],  que me ayudaban también a regular mi intestino. Más adelante incluí bananos para disminuir los calambres.

Es mejor disminuir el consumo de carnes rojas y máximo consumirlas una vez por semana, e intentar  que la carne esté bien cocida.   Esta es una recomendación general para evitar más problemas intestinales a futuro.  Con esto no hubo problema,  no soy gran consumidora de carne en mi vida diaria.

Tengo que consumir pollo y pescado bien cocidos, preferiblemente orgánicos.  Se requiere mantener un buen nivel de proteínas en la dieta.   Eso mejora sustancialmente el tratamiento. Comí pollo a la plancha casi a diario,  me esforcé y consumí  algo de salmón, no es mi favorito, pero sabía que era importante.  Aquí hacen la recomendación puntual de no consumir Sushi  pero  en mi caso no aplica porque no me gusta el pescado y mucho menos crudo. Encontré un sitio donde venden pollo y huevos orgánicos y me los traen a domicilio,  se llama "la descendencia del gallo" [5].

Debo disminuir o evitar los azúcares refinados. Básicamente para  lograr mantener un buen balance y evitar complicaciones.  Esto requirió esfuerzo pero no fue imposible.

Limitar el consumo de alcohol.  La quimioterapia se procesa en gran medida en el hígado, lo que menos se quiere es congestionar el hígado con otras sustancias como alcohol. No hay problema, solo tomo vino  en  eventos de celebración y lo suspendí de raíz.

No debo consumir coca cola.  Esta fue muy difícil,  quienes me conocen saben que tenía una relación especial con la coca cola...  llevo sin tomar ni un sorbo desde hace 9 meses.

Disminuir el consumo de soya,  derivados y salsas. Básicamente por estímulo hormonal, no hay  problema.

El manejo, almacenamiento y procesamiento de los alimentos, requiere un mayor cuidado del habitual.  Utilizar una tabla de picar para las proteínas y otra diferente para los vegetales. Cuchillos diferentes para esa misma labor.  Preferir ollas y sartenes de acero o vidrio y evitar los de aluminio.  Cubrir todos los alimentos al ser llevados a la nevera. Calentar solo la porción que se va a consumir. Evitar  recalentar.   Preferir la comida hecha en casa en lo posible. Usar guantes para la manipulación de las carnes crudas. En fin, al principio pensé que estaba exagerando, pero luego me dí cuenta que era lo mínimo que podía hacer para cuidarme.

En resúmen,  mi menú diario para la quimioterapia: 
  • Desayuno una tortilla de huevo,  un agua aromática,  una granadilla,  una tajada de pan.
  • Media mañana otra granadilla y unas  galletas de soda.
  • Almuerzo pechuga a la plancha,  vegetales al wok,  arroz blanco,  a veces puré de papa.
  • Media tarde,  té con galletas
  • Cena  arroz blanco con huevo,  o  una tortilla de harina con alguna proteína.
  • Mínimo 8 vasos de agua.

Tomé sopa de pollo al principio, pero  no fue mi mejor aliada y la descarté  hace varios meses de mi vida... me trae pésimos recuerdos.

El día de la aplicación, el almuerzo variaba un poco, almorzábamos con Diana y con Andrés,   me gustan los fríjoles blancos con arroz  que me traen de un  restaurante que se llama Brown es una repostería [6], o una pechuga aderezada con durazno y acompañada de arroz salvaje que me traen de SUNA [7].  

A medida que avanzó el proceso me dí pequeñas libertades que disfruté.

Viena mi hermana,  me trajo siempre rosquitas de arroz. Con ellas reemplazaba las galletas de sal (saltinas),  no se imaginan la sensación,  lo salado, lo crocante...  tengo una relación histórica con las rosquitas de arroz,  así que cada vez que me comía una,  me transportaba a mis épocas de Médico rural en San Martín [8],  donde comprábamos rosquitas con Natalia y nos las comíamos mientras caminábamos  con el sol sofocante de la tarde, buscando un sitio con sombra y donde nos llegara un poco de brisa.  Parece que fue hace un siglo.

Diana me regaló un libro que se llama "Cocina para Uno" [9], de ahí preparé varias recetas, una crema de calabaza,  otra de tomate,  unos garbanzos  y unos sanduches,  buen libro.

Tuve tanta ansiedad con la comida,  que hice un listado de antojos para resolver al terminar la quimioterapia:


  • Ensalada césar de la plaza de andrés [10]
  • Lasaña de pollo con mucho queso preparada por Diana ✅
  • Ensalada thai de Crepes & Waffles [11]
  • Lomo de Isola [12]
  • Pizza de plátano de Karens [13]
  • Carne a la llanera ✅
  • Ensalada de pavo de Brown [6] 
  • Ensalada cesar y torta de La Nona de Harry [14]
  • Chilaquiles con queso de la Casa Mexicana [15]
  • Cheesecake de galletas oreo de Myriam Camhi [16]
Como verán hemos  ido  cumpliendo mis deseos (✅) ...

Ya hoy tengo una dieta más balanceada que durante la quimioterapia y mucho más balanceada que antes del diagnóstico.  Eso ha sido muy positivo para mi.

Y el ejercicio?  

Mónica



[0]
  Cuando los médicos se enferman (1)
 
[1]  Patay Mercadito Organico - WhatsApp +57 313 492 63 76
[2]  Restaurante vegetariano VG-TAL
[3]  Granadilla (Fruta)
[4]  Pitahaya (Fruta)
[5]  Tortuga Pollo Orgánico - WhatsApp +57 312 440 25 97
[6]  Brown es una repostería.
[7]  SUNA, Restaurante y Mercado
[8]  Municipio de San Martín, Meta.
[9]  Martín Galilea, Maria Pilar. Cocina para Uno. Editorial Planeta.
[10]  La Plaza de Andrés
[11]  Creppes & Waffles
[12]  Isola Restaurante
[13]  Karen's Pizza
[14]  H&B Bakery
[15]   Casa Mexicana Express
[16]   Pasteleria Myriam Camhi


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